El estudio de a geología de Menorca, debe quedar encuadrado dentro de la teoría de la tectónica de placas.La tectónica de placas es una teoría acerca del comportamiento de la superficie de la tierra que considera la litosfera como compuesta por un número reducido de placas que están en continuo movimiento y en cuyos límites se localiza la mayor parte de los terrenos y volcanes existentes en el planeta.
Los primeros datos que poseemos, conseguidos de las rocas que afloran en Menorca, se remontan a mitad de la era Paleozoica, o sea, hace aproximadamente 400 millones de años. En esta época el área que actualmente ocupa Menorca estaba invadida por un mar que se había formado mucho antes (hace 850 millones de años o incluso más) por estiramiento, rotura y deriva divergente de un supercontinente.
Este mar de grandes dimensiones separaba dos grandes conjuntos continentales. En el primero se integraba una gran parte de la actual Europa y en el segundo la actual África. En este mar, relativamente profundo, se depositaban sedimentos detríticos procedentes de la erosión de los continentes y, localmente, en épocas de poco aporte continental, sedimentos de naturaleza química u orgánica.
Muchos de estos materiales se depositaron inicialmente en una zona poco profunda y en las inmediaciones de una pendiente que los mantenía en una posición de equilibrio inestable. Bastaba cualquier movimiento o desequilibrio mecánico para que se desplazaran en masa o en forma de corrientes de turbidez.
El transporte en masa se da cuando las partículas sólidas forman una dispersión muy concentrada o bien cuando las partículas están ya consolidadas.
El material así movilizado llega a la base de la pendiente y se extiende en forma de abanico desde la zona de entrada localizada generalmente en los cañones submarinos. Los sedimentos que se deslizan en masa se deforman más o menos según sea su estado de consolidación. Por el contrario, los depósitos que se movilizan bajo forma de corriente de turbidez se depositan en relación con el distinto peso de sus componentes, originando capas constituidas por un nivel basal arenoso y uno superior arcilloso. Si este mecanismo de deslizamiento turbulento y deposición se repite a lo largo del tiempo geológico nos dará una alternancia de areniscas y pizarras de aspecto más o menos rítmico.
Esto ha sucedido en Menorca casi de una manera continua desde el inicio del Devónico hasta finales del Carbonífero, o sea durante casi 150 millones de años.
La relación del Paleozoico menorquín con el resto del Mediterráneo occidental es todavía algo problemática debiéndose buscar las correlaciones más probables con la zona del Priorato.
Esta etapa tectónica, de gran importancia por su repercusión posterior, es la causa de numerosas fallas, denominadas tardi-hercinianas que serán, en parte, las causas del desplazamiento de los diferentes bloques continentales que aún hoy se diferencian en el Mediterráneo.
El panorama de Menorca ha cambiado totalmente. Hemos pasado de un área oceánica relativamente profunda a un área continental muy extensa, con fuertes diferencias de relieve local. Esto ha ocurrido por la colisión entre los dos continentes antes mencionados. Ello acarrea el desplazamiento del océano paleozoico, y la formación de la cordillera Herciniana. Con este panorama se inicia en Menorca una sedimentación de carácter continental que se depositó sobre los materiales devónicos y carboníferos previamente plegados. Lo cual equivale a decir que los nuevos materiales datados como del Pérmico superior - Triásico inferior o Buntsandstein, reposan en discordancia sobre los sedimentos más antiguos.
Es en esta época, cuando se depositan las areniscas rojas y las arcillas a ellas asociadas que han sido interpretadas como sedimentos fluviales. Las arcillas asociadas a estas areniscas son el producto de los desbordamientos que sufrían estos ríos en las épocas de crecida.
Este esquema es válido para las capas de areniscas menos potentes aisladas dentro de las arcillas pero no lo es para las capas masivas de areniscas que se observan en Sa Penya de s'Indio. La solución para explicar estas masas areniscas de aspecto homogéneo hay que buscarla en el estudio del corte que ofrece la trinchera de la carretera general en el límite entre los términos de Alaior y Es Mercadal.
Allí puede verse claramente que las areniscas siguen siendo lenticulares con base erosiva pero que cortan a otras areniscas también canaliformes. Este hecho nos obliga a pensar en la existencia de la amplia llanura aluvial por la cual discurría un río ramificado en numerosos canales entre los cuales quedaban "islas" emergidas. La migración lateral de estos canales debido a su llanura aluvial, su relleno y fosilización de las fluviales es la que nos forma las areniscas de aspecto masivo.
A todo este sistema de depósito fluvial hay que añadir que en las zonas próximas a los bloques más elevados se depositan sedimentos más groseros que podrían corresponder a depósitos torrenciales.
En el área comprendida entre dos ríos adyacentes o bien dentro de la llanura de inundación de un río podrían existir zonas deprimidas más o menos encharcadas en las que podría desarrollarse una vegetación.
Durante el período Devónico, en Menorca se depositaban sedimentos marinos. Después de este período continental las aguas marinas situadas al Este avanzan progresivamente sobre el continente y Menorca queda de nuevo bajo el mar.
Con el paso del tiempo, y siempre muy lentamente, la profundidad del mar va disminuyendo y las calizas son reemplazadas por margas, arcillas con yesos y cuarzos bipiramidados y algunos bancos de dolomías.
Sobre las arcillas y margas del Keuper se sucede en Menorca y siempre con un contacto tectonizado una potente masa de dolomías. Estas dolomías son de origen secundario y se han formado a expensas de unas calizas que raramente conservan sus características originales.
En Fornells y en Alcotx aflora un nivel de margas y calizas margosas con abundante fauna de braquiópodos y algunos restos mal conservados de Ammonites. Estos fósiles permiten asegurar la existencia del Jurásico Inferior.
El estudio detallado de los materiales y de la fauna asociada permite asegurar que la profundidad del mar, en esta época era mayor que la del Jurásico, al menos a partir de los niveles con Ammonites.
Si compramos los sedimentos Jurásicos Cretácico de Menorca con los de Mallorca vemos claramente que no existe un equivalente lateral entre ambos, a pesar de que las dos islas se hallan en prolongación una de otra y de las Cordilleras Béticas de las cuales Mallorca forma parte.
Podemos asegurar que las Cordilleras Béticas en sentido estricto se terminan entre Menorca y Mallorca y que los sedimentos carbonatados presentes en Menorca corresponden a la plataforma continental que limitaba el área marítima profunda en la cual se depositaban los sedimentos que dieron lugar a las Béticas y al área emergida correspondiente a la Meseta Ibérica.
Esta evolución del mar Tethys y la separación de Mallorca con relación a Menorca es consecuencia solamente de la abertura del Golfo de Vizcaya, que se produce porque el bloque ibérico gira hacia el Este separándose de Francia y desplazándose progresivamente hacia su posición actual.
A partir de este momento la historia de Menorca queda interrumpida por existir un vacío de información que abarca desde el Cretácico superior a la base del Mioceno, ya que los primeros sedimentos terciarios son de edad Oligocena superior Mioceno Inferior.
Es en esta época cuando Menorca emerge definitivamente de las aguas como consecuencia de una nueva fase compresiva.
En el área menorquina vemos que la fase de distensión, solidaria del desplazamiento de los bloques Corso-Sardo y del propio bloque de Menorca, es la causante de la creación de la cuenca sedimentaria en la que se depositaron los materiales miocénicos de la isla.
La separación definitiva de Menorca y Mallorca es un acontecimiento reciente. Ambas islas han estado unidas varias veces durante el Cuaternario debido al ascenso y bajada del nivel del mar como consecuencia de las glaciaciones que caracterizan este periodo. En las épocas de regresión es cuando se establecen intercambios de fauna y flora y cuando se formaron la mayor parte de las placas de marés de la región de Tramuntana.
Así es como Menorca llega a ser el centro del Mediterráneo occidental y es poblada hace ahora unos 4.000 años por los primeros menorquines. Estos convivieron, lo más seguro, y quizás exterminaron a sus antiguos pobladores.
Para ver que tipos de piedras se encuentran en Menorca nada más formativo que fijarnos en las construcciones, instrumentos y materiales que utilizan piedras o sus derivados.
Así si nos fijamos en las Mesas, llegamos a la conclusión de que en Menorca deben existir grandes losas limitadas por superficies plano-paralelas de dimensiones lo suficientemente grandes para poder ser cortadas por el hombre talayótico de acuerdo con sus necesidades o caprichos. A estos cuerpos de roca de composición homogénea separados de los otros que los limitan por arriba y por abajo por planos o superficies de separación, es a lo que llamamos un estrato y al conjunto de rocas que presentan estas características se las denominan rocas estratificadas o sedimentarias.
Hay piedras constituidas por granos fuertemente unidos entre si y formados de un material duro y poco alterable con el tiempo. A estas rocas formadas por granos se las llama areniscas o conglomerados según que tamaño de las mismas sea respectivamente menor o mayor de 2 mm. de diámetro.
Por otro lado la mayor parte de las casas menorquinas de edificación no reciente están construidas con "cantons", piezas cortadas en las pedreras de la isla, y formado por un material granado de naturaleza calcárea altamente poroso y fácil de trabajar. Es el marés menorquín tan conocido por todos.
Las calizas son rocas sedimentarias que contienen un 90% o más de carbonato cálcico (calcita). Las calizas dolomíticas contienen de 50% a 90% de calcita y del 10% al 50% de dolomita. Cuando la proporción de dolomita es mayor del 50% la roca resultante se llama dolomía. La calcita puede ser producto de precipitación química, orgánica o de ambas a la vez, o ser de origen detrítico. Las calizas puras son raras en Menorca. La arcilla es una roca formada por partículas de diámetro inferior a 1/256 mm. Generalmente se encuentra sin consolidar o poco endurecida. Cuando la arcilla se presenta finalmente estratificada y consolidada recibe el nombre de pizarra.
Entre las rocas silíceas más abundantes en Menorca se encuentra la radiolarita, roca de color verde o verde azulado formada por la acumulación de caparazones de radiolarios.
Por otro lado también está la piedra pómez, roca muy áspera y porosa de origen volcánico. Podemos concretar, que salvo pocas contadas excepciones, las piedras que tenemos en Menorca son todas rocas sedimentarias; unas del grupo de las llamadas rocas terrígenas, formadas por fragmentos más o menos grandes de otras rocas presentes y unidos por un cemento que les da consistencia. Otras son rocas que se han originado por acumulación de restos orgánicos o por la precipitación química de sales, entre las que destaca el carbonato cálcico.
En cuanto a los materiales no sedimentarios existentes en Menorca se han de mencionar las rocas eruptivas. En cuanto a los yacimientos minerales cabe citar la existencia de algunos filones de galena, blenda, calcosina, etc. explotados en otros tiempos para la obtención de plomo y cobre.
Existen dos regiones muy marcadas: una al Norte de la isla, donde afloran casi todas las rocas citadas formando un verdadero mosaico, y otra al Sur, donde solamente aflora el marés.
Desde el punto de vista geológico la isla de Menorca está dividida en dos regiones totalmente diferentes, que se denominan región de Tramuntana y región del Migjorn.
La región de Tramuntana está formada por terrenos paleozoicos, triásicos, jurásicos y cretácicos con débiles y poco extensas manchas de materiales cuaternarios. Esta región es, orográficamente, la más accidentada, existiendo aquí las únicas alineaciones montañosas dignas de mención de la isla.
La región de Migjorn está formada, salvo pequeños afloramientos, por segmentos del terciario en posición horizontal o ligeramente inclinados, que se presentan como una plataforma más o menos llana surcada por profundos barrancos.